martes, 3 de julio de 2012

de "ahíto"

*

acá el espejo tan basto de sí, que no se sabe, existe en la perforación de los ayes que se crían en vocal diluida. hecho huesecillo de madre, piel de la palabra que brinca rabiosamente en un crisol de madera y que no brinca y tiene paz, como lo blanco como lo igual como algo que acaba de salir del silencio

*
motor inmóvil acostándose en el siglo, en el epígrafe de la sonrisa triste que hay en la ventana de una despedida, figura de todo el vacío que hay en lo reunido, que se va a la lluvia de la lengua y se va a la lengua de la sed y se viene a la pupila que crece tras las puertas de esta noche quejumbrosa. tú, caldo de mi voz, del phatos sembrado en su olor; llanto de carne en medio de un diálogo humano con lo de un túnel, vamos que te sueño baldío en las misturas de vida, vamos cementerio verás de esta voz -que jura verte haciéndote en una melodía-, mediana como este hombre que te ve corriendo allí mismo donde respira y suicida un niño: vocal abierta de saliva fértil

*
ciego de algo quizá por distraerte, quizá por llegar al vidrio quebrado que protege mi hogar, lo opaco que tiene sonreír. avieso y desconsolado. te veo chiquito en los columpios del habla. te has callado, mutismo infantil de negras rodillas, bájate te digo, bájate, hay días en que los árboles te empujan, hacen creerte que su savia es tristeza, bájate te digo pequeño ahínco dolorido, bájate que me subo a conocer la altura, yo allí ahíta y montesa, allende al dolorido silencio: he dejado de nombrarte

*
e descubro tan apacible que te temo. iré con lágrima y boca abierta saltando por las cimas. asaltado por la bruma haré que me escuches: eres nombre, eres tierra, yo lo soy y tú te desdices. iré, juro que te iré, no cogeré las fieras ni temeré a las flores, sé que veremos juntos lo mismo: la noche que te dio a luz y su propio vacío

*
mi lengua de tierra, sombra afluente de aquel nogal que alcanza mirando a Dios y le dice a.
desde aquí todos se están tragando un sollozo. una letra del sonido. acá arde la invención en lo callado, todo es infancia, balbuceo, roedor trizado como ventana. sé que yo soy hija hecha de lluvia, sé que el poema es la historia de los precipicios, de lo que es sin padre, de lo que se incendia con la voz, pero mi lengua, pero mi turgencia, como boca de noche, por qué desflora la letra cuando deambula, qué pasa en el error


Natalia Rojas


No hay comentarios:

Publicar un comentario